Libertad en Verdad

2 Tesalonicenses 1:3

“Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe va creciendo, y el amor de todos y cada uno de vosotros abunda para con los demás;” 2 Tesalonicenses 1:3


Evidencia

Realidad


2 Tesalonicenses 1:3
Devocional sobre 2 Tesalonicenses 1:3

Que ánimo le dio a Pablo tener que dar gracias a Dios por los creyentes en Tesalónica. Como en la primera carta, se alegraba del fruto que producían y del ejemplo que daban. Podríamos decir que eran creyentes que entendieron la realidad de la salvación.

La fe y el amor; unidos e inseparables. Un conjunto en la armadura del creyente. “Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo.” 1 Tesalonicenses 5:8

Santiago nos dice que la fe no puede ser separada de las obras. No una fe de emoción, ni una fe dudosa, ni una fe vacilando sino una fe real. En 1 Juan entendemos que las obras se manifiestan con el amor. No un amor fingido, ni un amor de “deberes”, ni un amor de reciprocidad, sino un amor genuino y legítimo.

“Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida,” 1 Timoteo 1:5

Todo lo bueno podemos hacer y hasta tener éxito. Pero si lo que hacemos no es por amor, no vale. “Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.” 1 Corintios 13:2

El crecimiento, el desarrollo del creyente tiene que ver con la abundancia. Como el Señor Jesucristo le prometió a la mujer Samaritana una fuente de agua viva, así espera también Dios una abundancia de fe y de amor en los que profesan ser de Él. “Por tanto, como en todo abundáis, en fe, en palabra, en ciencia, en toda solicitud, y en vuestro amor para con nosotros, abundad también en esta gracia.” 2 Corintios 8:7

La fe genuina y el amor verdadero son ligados el uno al otro. La fe provoca el amor y el amor provoca la fe. El amor es estimulado por la fe como la fe es estimulada por el amor.

  • “porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.” Gálatas 5:6
  • “para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor,” Efesios 3:17

Reflexión personal

El amor… ¿lo que yo merezco o lo que yo demuestro?


Oración

Padre, aumenta mi fe, y que el amor desborde hacia ti y hacia el prójimo.


2 Tesalonicenses 1:3

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