“porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.” Filipenses 2:13
El querer… las intenciones
El hacer… el cumplimiento
¿Cuántas veces hemos propuesto hacer algo y habiéndolo empezado lo dejamos botado y el “proyecto” queda medio terminado?
Una cosa que entendemos en cuanto a Dios es que sus intenciones se realizan en su totalidad. El no deja a ninguna cosa media terminada.
Como Dios empezó algo en nosotros al salvarnos y lo va a cumplir conforme a Filipenses 1:6 «estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;», de igual manera tiene el deseo de que nosotros al ser salvo cumplamos el por qué fuimos salvo. Al salvarnos, el Señor pone buenas obras en nuestras manos para que las cumplamos conforme a Efesios 2:10 «Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.»
Pablo estimula a los hermanos seguir con los principios mencionados cuando dice en 2 Corintios 2:10 – 11 “Y en esto doy mi consejo; porque esto os conviene a vosotros, que comenzasteis antes, no sólo a hacerlo, sino también a quererlo, desde el año pasado. Ahora, pues, llevad también a cabo el hacerlo, para que como estuvisteis prontos a querer, así también lo estéis en cumplir conforme a lo que tengáis.”
Por mucho tiempo habían tenido el deseo fuerte de apoyar en la obra del Señor y habían empezado con el propósito. Ahora Pablo les anima de seguir hasta realizarlo y tenerlo por terminado.
Podemos entender también por este pasaje que no es tanto la cantidad que importa, sino la calidad. En verdad, si algo vale la pena hacerlo, vale la pena hacerlo bien. Mejor hacer poco bien que hacer mucho a medias. Por supuesto, Dios merece lo mejor de lo que yo le puedo ofrecer.
Un comentario que Pablo hace, revela su apreciación por lo que estaba sucediendo en la vida de estos creyentes: “Y no como lo esperábamos, sino que a sí mismos se dieron primeramente al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios;” 2 Corintios 8:5. El someterse al Señor es necesario para que el Señor pueda trabajar en nosotros y por medio de nosotros.
Reflexión personal
En mi juventud escuché un mensaje que nunca se me va a olvidar… ver una necesidad, tener un deseo, hacer el trabajo. ¿Estoy dispuesto en cumplir lo que el Señor ha sembrado en mi ser hacer? ¿Su voluntad o la mía?
Oración
Estoy un instrumento en tus manos, no me voy a esconder, no me voy a esquivar. Aquí estoy úsame cómo quieres, cuando quieres y donde quieres… estoy “a la orden”.
Filipenses 2:13
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