“Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.” Colosenses 4:6
Que decir.
Como decirlo.
“Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.” Santiago 3:5 – 6
¿Cómo distinguir entre el machete y la sal?
Entendemos conforme a las escrituras que lo que sale de nuestra boca tiene su origen en nuestro corazón. Si queremos la destrucción de las personas (por celo) o el bienestar de las personas (la gracia) ese motivo afecta como y porque hablamos a las personas.
Como la sal sazona la comida, así también la verdad sazona las palabras.
Pedro, sin intención, echó sal a su prédica solamente por mencionar el nombre de Jesús. Para ciertos oyentes sus palabras eran muy saladas y ellos desearon que fuera silenciado. Esto no le detuvo y ni dejo él de decir lo que había visto y oído en cuanto a Cristo. Luego Pedro anima a los creyentes: “sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros;” 1 Pedro 3:15. Eso es, hablar la verdad en cuanto a la persona y la obra de Cristo aunque unos se molestan.
El Señor Jesucristo, con propósito, echaba sal en sus discursos y también su audiencia se molestaba. “Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír?” Juan 6:60. No aguantaban la sal en la enseñanza y “Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él.” Juan 6:66.
Lo difícil para nosotros los creyentes es usar la sal con eficaz. De una manera, solamente por nuestras vidas y nuestro buen testimonio como hijos de Dios echamos sal porque no andamos como el resto del mundo. “Vosotros sois la sal de la tierra;” Mateo 5:13. Que decir y como decirlo requiere mucho entendimiento y mucha sabiduría.
Reflexión personal
Cosa que considerar en cuanto a mis palabras (o mi vida). Lo que hablo (o vivo) puede ser vacío y sin sustancia. ¡Cuidado! “Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio.” Mateo 12:36. Mas de provecho son palabras sazonadas con sal que palabras vacías y blandas.
Oración
Padre, es difícil hablar la verdad y declarar las cosas como son. Deseo el bien para todos y pido sabiduría y valor hacer como Pablo, primero con mi propia vida y luego con la de otros. “Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.” Gálatas 1:10. La verdad sobre todo, pero con gracia.
Colosenses 4:6
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