Efesios 5:1

“Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.” Efesios 5:1

Por sus hechos, los conoceréis.

Los hijos imitan a sus padres.

¿Qué significa en verdad el “imitar”? Muchos tienen la idea que tiene que ver con: imitar la vestidura, imitar la forma de ser, imitar la forma de hablar, imitar sus manierismos o peculiaridades. En verdad en el sentido terrenal y en muchas situaciones así pasa con los hijos cuando imitan a sus padres. Pero en ese versículo, así no puede ser cuando Pablo habla de ser “imitador de Dios”.

Entonces ¿Cuál es el sentido de imitar en este contexto? Sencillamente, significa imitarle a Dios en su preocupación por la salvación de la humanidad.

Pablo lo entendió y en 1 Corintios 10:33 dice: “como también yo en todas las cosas agrado a todos, no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos.” Nota el énfasis en la oración “para que sean salvos”. Es con ese pensamiento que Pablo sigue en 1 Corintios 11:1 con “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.” ¿Cómo imitaba Pablo a Cristo? Él estaba preocupado por la salvación de los muchos.

Pablo también en 1 Timoteo 2:3 – 4 relata cual es un deseo (sino el deseo) principal de Dios en cuanto a la humanidad “Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.” ¿Cómo podemos imitarle a Dios? Podemos preocuparnos por la salvación de los muchos.

Volviendo a Efesios 5:1 notamos algo.

Lo que viene antes: Efesios 4:32 “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.”

Lo que viene después: Efesios 5:2 “Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.”

Notamos bien:

como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo

imitadores de Dios

como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros

Qué curioso que la expresión “imitadores de Dios” está rodeado por la obra de salvación.

Reflexión personal

Considerando lo que Dios ha hecho para mí, el hacerme heredero con Cristo por la obra de su cruz, haciéndome partícipe de algo extraordinario. Como Dios quiere la salvación de la humanidad, así quiero yo la salvación de la humanidad.