Gálatas 2:4

“y esto a pesar de los falsos hermanos introducidos a escondidas, que entraban para espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jesús, para reducirnos a esclavitud,” Gálatas 2:4

Libertad en verdad

Cadenas escondidas

Seis veces en el evangelio de Mateo le hicieron la pregunta al Señor Jesucristo “¿Es lícito?” Y uno se pregunta… ¿Con que propósito le hicieron tantas veces esta pregunta?

El Señor Jesucristo andaba ensenando la verdad de Dios. Cuando la multitud escuchaba lo que decía, se quedaban atónitos. Declaraban que ningún hombre jamás habló como este hombre. Se maravillaban porque hablaba con autoridad y no como los fariseos.

Muchos de los líderes se molestaban porque las multitudes iban detrás del Señor Jesucristo. Los líderes estaban perdiendo control sobre el pueblo, sobre su “rebaño”. El Señor Jesucristo había llegado para poner en libertad a los oprimidos y los oprimidos estaban saliendo del yugo religioso que se les había puesto desde mucho tiempo. Un yugo, que en otra ocasión en Hechos 15 Pedro dice, que ni sus padres, ni ellos habían podido llevarlo.

El Señor Jesucristo advirtió a sus discípulos de cuidarse en cuanto a los que iban a presentarse como maestros, profetas y apóstoles. Personas que iban a presentarse con un “mensaje de salvación” que en realidad llegaría a ser descubierto como un mensaje de esclavitud.

“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.” Mateo 7:15

“Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo.” 2 Corintios 11:13

“Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos;” Mateo 24:11

Estos falsos, como los fariseos, quieren establecer las reglas y esforzarlas para tener control. Lo que el Señor Jesucristo promete a los que le creen y obedecen a su palabra no es una esclavitud con una lista de “que haceres” o “es mi deber”, sino el Señor Jesucristo le da libertad y eso produce el “quiero hacer” o “es mi deseo”.

“y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” Juan 8:32

“Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.” Juan 8:36