Gálatas 5:16

“Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.” Gálatas 5:16

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Que contraste encontramos en este pasaje.

Las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación…

El fruto del Espíritu que es: amor…

Según el mundo, una relación física e íntima es la manifestación más completa del amor. Pero miramos la equivocación en la frase que se usa para describir el hecho: “hacer el amor”. El acto de “hacer el amor” (o tener una relación sexual) con alguien que no es su cónyuge (esposo o esposa) por definición es adulterio o fornicación.

Hacer el amor es nada más que satisfacer los deseos emocionales o físicos de uno mismo y es un acto que trae consecuencias problemáticas a los participantes. Cuando alguien se deja ir por este camino, pensando que es el amor que lo guía, se está engañando y lastimándose a sí mismo. La relación sexual entre personas desde la antigüedad ha sido muy deseado pero, fuera del contexto matrimonial establecido por Dios, trata con la codicia, la concupiscencia y los deseos carnal (animal). El cuerpo, la emoción y la conciencia de uno mismo (y de la otra persona) estan afectados de una manera crítica.

Santiago claramente describe la cadena que inicia este proceso fatal. Nuestra propia concupiscencia nos atrae y nos seduce. Amnón, el hijo de David, nos sirve como ejemplo de las consecuencias de dejarnos ir por este camino. Ese falso amor no satisface como pensaría, ni como quisiera uno. Mas bien ese falso amor trae amargura, enojo y un sin número de otros sentimientos y una mala conciencia que daña a la persona.

El amor genuino se preocupa por el bienestar de otro y no de uno mismo. El amor genuino busca como cuidar, proteger, proveer. A esto nos llama el Senor cuando nos salva. Nuestro andar es distinto, o si quiere, opuesto a lo que se cree y a lo que se practica comunmente en el mundo.

¿Cómo andar?

“Y andad en amor” Efesios 5:2
“andad como hijos de luz” Efesios 5:8
“andad en él;” Colosenses 2:6
“Andad sabiamente” Colosenses 4:5

Una mirada puesta en adelante con la meta bien enfocada. Mis deseos, mis quereres y mis pasiones frenados. Los deseos de Dios, sus quereres y su pasión fructificando.

Reflexión personal

Una nueva criatura con nuevos deseos y nuevas prioridades. Una nueva vida para demostrar el amor de Dios. La evidencia de la verdad es el amor sincero hacia el prójimo.